Al trotecito va torres
orillando el Pisadero,
va luciendo un buen apero
con sogas muy bien trenzadas,
honrando a la paisanada
con su caballo sillero.
El se crió por esos pagos
de pasto puna y chañares,
cuidando los animales
tironeando un redomón,
los recados en el galpón
los pingos en los corrales.
Un paisano respetado
más derecho que un palenque,
siempre arreglando algún flete
para entregarlo de empelo,
el facón en el culero
y en la cintura el rebenque.
Su flamante agrupación
la bien nombrada Los Pampas,
más Pampeana que la zampa
paisana como el caldén,
que en los desfiles Miguel
reluce su gaucha estampa.
Con su caballo El Betún
suele andar de tardecita,
a su raíz reivindica
con el arte del apero,
con su orgullo de campero
y su amor por Victorica.
Siempre ha Sido un defensor
de la raza campesina,
hoy con su hija camina
con sus costumbres al anca
por nuestra celeste y blanca
Y la Tradición Argentina.
Alpataco Vazquez.