Yo soy como la jarilla
que por las huellas estorba,
y aunque ya nadie me nombra
tal vez nombrarme no vende,
yo soy la esperanza verde
qué da reparo y da sombra.
No me gusta andar mezclado
entre la albahaca y poleo,
ni tampoco me mareo
entre metales que brillan,
apenas si soy semilla
que crece por el rodeo.
Yo no vivo en los sembrados
soy más de tierra agreste,
me gusta el cielo celeste
y respirar aire puro,
por eso llevo el conjuro
de morir en el oeste.
He soñado ser el cerco
techo de un rancho campero,
el trabajo del hachero
aquel de la rastra y carro,
Llamita del horno de barro
de chivito y pan casero.
Soy del oeste Pampeano
donde brotan mis semillas,
amo esa vida sencilla
de corralitos de cabras,
el corazón de las Bardas
soy de mi tierra, jarilla.
Alpataco.