allá por Santa Isabel,
que Dios bendiga el pincel
que lo ha pintado tan bello,
al canto del Tuta Cuello
y al llanto de un río infiel.
En los médanos sedientos
donde se queman las penas,
corre el viento por sus venas
en los chañares bonitos,
baila el paisaje infinito
en el mar de las arenas.
Los algarrobos resecos
desnudan su petitorio,
los loros con su jolgorio
recorren la travesía,
las calandrias aburridas
lanzan todo el repertorio.
Paisajes de Galdamito
acordeón del Turco Sol,
estrellas que en su fulgor
entre la greda de ausencia,
son cantos de mi querencia
de un tiempo que ya pasó.
Por esas calles ventosas
Suele volver el pasado,
para endulzar el Salado
En los brazos del Atuel,
vuelven por SANTA ISABEL
historias que no he olvidado.
Alpataco.