(para Maria Jose Rovito)
Tus caricias trajo el viento,
y tus sonrisas el mar,
y el misterio de tu calma
son las vertientes del alma
bella maestra rural.
En tu perfume respira
toda tu blanca pureza,
no hubo un renglón de tristeza
ni margenes sin valor
lo hiciste de vocación
sin importar las pobrezas.
Tu tijera ha recortado
tiempos en Carro Quemado,
por Árbol Solo has dejado
pintado con tus valores,
lapicitos de colores
que el pizarrón no ha borrado.
Transportador de paciencia
que te llevó hasta la Humada,
ya dos décadas trazadas
de plasticola y de creppé,
brillante como el glasé
es tu enseñanza sembrada.
Ser maestra: es ser mamá
es dar sin devolución,
ser maestra es protección
es enseñar a vivir,
es amar y compartir
y entregar el corazón.
Bandera celeste y blanca
que flameaste en las Malvinas,
Te izaron las heroínas
nuestras MAESTRAS RURALES,
son ejemplos inmortales
de la Nación Argentina.
Alpataco