Hoy no la tengo presente
a mi viejita querida,
una tarde se marchó,
la que todo me enseño
para luchar en la vida.
Allá por la Media Luna
nos crio la pobre Solita,
recuerdo esas tardecitas
de aquellos cerros cercanos,
junto a ella y a mi hermano
entre mate y tortas fritas.
Me a enseñado con su ejemplo
con sus pasos inmortales,
el de arreglar los corrales
sacar el agua a pelota,
de andar con sus manos rotas
luchando con animales.
Me enseñó lo que que es andar
sin un peso en el bolsillo,
el amansar un potrillo
el de campear una chiva,
de pastorear todo el día
aferrado al cojinillo.
Hachar una rastra de monte
arreglar alguna espuela,
el llevarnos a las escuela
varias leguas caminando,
las cosas que estoy contando
hoy no las hace cualquiera.
Ella nos crio como pudo
trabajando todo el día,
pobre mi madre querida
cuanto tuvo que sufrir,
ella ha sido para mí
el padre que no tenía.
Pero un día su memoria
se marcho con el olvido,
aunque quede muy herido
como pude la he cuidado,
porque la tuve a mi lado
hasta el ultimo latido.
Pero un día se marchó
a galopar por la huella,
y se quedó en las estrella
rompiéndome el corazón,
es que todo lo que soy
Por siempre, se lo deba a ella.