Voy cruzando La Puntilla
me pega el sol en la frente,
y en los retumbos del Puente
voy por la huella derecho
rastreando a Paulino Fuentes.
Desensillo en su puestito
entre algarrobo y jarillas,
revolviendo la bombilla
me esta esperando Paulino,
divisando en el molino
las coplas de su tropilla.
Remendando su corral
entre jarillas y tablas,
ordeñando alguna cabra
tanteando para carnear,
un hombre tan servicial
muy sincero y de palabra,
Tranquilo lo vi pasar
con su figura encorvada,
campeando su caballada
por la costa del Atuel,
su historia se fue con él
dejando muchas gauchadas.
Cansado de soportar
resistió Paulino fuentes.
las penas de la pendiente
que le dejó la crecida,
algunas poquitas chivas
que se llevó la creciente.
En su petiso El Pitanga
va al tranco por el camino,
enancado a su destino
de su potro solidario,
y en el penar solitario
de su puestito costino.
Allá por El Eucalipto
dejó su historia el costero,
y aquel ranchito campero
se lo llevó la creciente,
pero quedó entre la gente
su corazón de Puestero.
Alpataco.